Doña Carmen y los Hermanos Valdés
Doña Carmen era la directora de mi colegio. Todos los primeros de mes nos daba personalmente las notas a las niñas de Primaria: Iba pasando clase por clase, con su traje de chaqueta y sus tacones, bajita, delgada e impecable; saludaba a la maestra, que de tanto en cuanto le bisbiseaba algo, lo relevante del mes, y comenzaba la ceremonia: Nombraba a la alumna que tocaba, por riguroso orden de puntos; abarcaba las notas con una ojeada; decía algo agradable, o de ánimo, a casi todas; dedicaba un discursito, corto -que tenía que pasar por muchas aulas-, al final de la ceremonia, se despedía de la maestra y se iba muy derecha, taconeando muy firme y con aquella permanente de la que no se salía ni un pelo, exactamente como todas las piezas del Colegio Femenino San Estanislao de Kostka, mi colegio. Doña Carmen y Don Felipe, con mayúscula ambos Don, eran un matrimonio de maestros que se lanzaron a la aventura de crear un colegio alquilando un piso en la calle de Santa Isabel, barrio de Atoc...