Tu nombre envenena mis sueños
Quería hacer una entrada sobre los preciosos títulos de pelis y novelas que, a veces, encuentran los autores y que parecen joyas, perfectas en sí mismas; pero tenía la impresión, no sé por qué, de que ya había hablado en alguna parte de este blog de lo importante que es para un lector/espectador que la novela/peli se llame Tu nombre envenena mis sueños , o La niebla y la doncella , o El invierno en Lisboa , o Cae la noche tropical. Porque ya desde el título te creas tu propia fantasía, y acabas viviendo dos historias, la que te has inventado y la de la novela. Y no debo ser la única que hace esto, porque otra novela, Si una noche de invierno un viajero (el inefable Italo Calvino) ya cuenta precisamente esa historia: La de la lectora, que comienza una novela que se trunca y sólo ella puede seguir imaginando, porque el autor sabe que el lector es tan creador de la ficción como él. Así que repasé las entradas que tengo escritas y no encontré ninguna en la que hablara de ...