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Mostrando entradas de febrero, 2023

Mis tardes de domingo

           Tengo muy pensado cómo quiero que sean mis tardes de domingo. Desde que estuve en Cambridge un mes estudiando inglés, allá por 1982 (ya ha llovido, lo sé), me quedé con una idea sobre las tardes de domingo como algo nefasto: No se podía hacer nada; nadie salía de casa, nada tenía vida, nadie pisaba la calle... todo el mundo se dedicaba a pasar el cortacésped por el jardín, vaguear o hacer chapucillas caseras. Estuve un mes, que se me hizo eterno, así que acabé comprando un puzzle en unos grandes almacenes para entretenerme en esas tardes de domingo interminables y espantosas.           Con el tiempo, cuando el mundo y yo fuimos menos exigentes, los domingos empezaron a ser días agradables. Ya no eran simplemente para descansar, dormir y vaguear los justito para llegar al finde siguiente, como cuando era multitarea y saltaba de la universidad al trabajo y del trabajo a cumplir tareas en casa. Ya no tenía prisa. Ya pod...