Entradas

Mostrando entradas de abril, 2024

Día del Libro 2024

         Estoy prendida y prendada de un clásico que nunca pensé que me entusiasmaría de este modo, aunque nunca pensé tampoco -qué poca imaginación- que pudiera darle la razón a mi amigo Carlos Bru, insigne notario, más insigne eurodiputado, más insigne aún (por la parte que me tocaba) presidente de la Casa de Europa de Madrid cuando, en un congreso en Murcia, me confesó que le había encontrado el gusto a los clásicos y el resto de la literatura le aburría. Estaba leyendo por aquel entonces poesía clásica griega, y yo pensé que en la vida, ni en cien vidas tampoco, podría leerme la Ilíada o la Odisea en verso: El verso para narrar historias me queda muy lejano. Porque me encantan, y a quién no si se lo lee con un poco de amor y paciencia, el Cantar de Mío Cid, los romances viejos y nuevos, los versos de Berceo. Pero la narración en verso no da mucho más de sí. Llega la prosa, y la novela, y Cervantes (ya sé, los puristas me dirán que ya existía la novela bizant...

Las pelis de mi vida

          Tengo por seguro que lo que llamamos "pelis de nuestra vida", o "libros de nuestra vida", o "personas de nuestra vida" no son los más importantes, los mejores o los más icónicos, sino, simplemente, los que nos han impresionado más por uno u otro motivo. En mi caso, y hablando de pelis, por librarme del aburrimiento en la Semana Santa de mi infancia.                Porque sí, yo fui al cine de pequeña. Pero cuando yo era pequeña, las pelis a las que nos llevaba, a mis primas y a mí, una vecina de mi tía -Conchita, una mujer encantadora a la que gustaban mucho los niños pero que no los entendía en absoluto-, esas pelis eran las de Marisol y Joselito, los dos yuyus de mi infancia por lo que me aburría -o así lo recuerdo, exceptuando, quizás, Un rayo de sol -. Sólo me quedaba el cine de la tele, el verdadero cine emocionante, grandioso, heroico, . Y, sobre todo, el cine de la tele de la Semana Santa, época ...