Eso que llamamos zona de confort
Hace pocos días oí en las noticias que España iba a lanzar esa tarde desde Cabo Cañaveral un satélite, el Spainsat, que será el primero de su clase en Europa y le vendrá bien a la OTAN por algún motivo, creí entender que porque iba a ser un hacha en comunicaciones. Y me he acordado de Salvador. Como siempre, pero esta vez con una buena excusa. Porque si hubiera oído la noticia hubiéramos visto el lanzamiento (he estado a punto de llamarlo despegue , cada vez recuerdo menos los nombres de las cosas) aquella tarde, retransmitido en directo. Y nos hubieran contado, y nos hubiéramos enterado, por qué es importante, y cuántos y cuálos satélites de telecomunicaciones hay, y de qué países, y cuál es la novedad que trae el nuevo. Pero ya no tengo a nadie que me saque de mi zona de confort. Y mira que me gusta, porque soy una curiosa irredenta. Cuando se casó mi sobrino -uno d...