Esos pijos supercultos
El mundo y la historia están llenos de ejemplos de seres inteligentes que hacen cosas extraordinarias. Y entre esos seres inteligentes yo destacaría a los pijos supercultos. Y no hablo de los que van por el mundo con complejo de superioridad y escupiendo en el ojo a los simples mortales, sino a esos señores y señoras que entienden la buena educación como ser respetuoso y no pisar a los demás, que saben un poco o un mucho de todo pero no alardean y que generalmente tienen buen gusto para las cosas materiales. Pues bien, esos señores y señoras, cuando además de lo anterior tienen la rara cualidad de ser curiosos, podrían llamarse, por ejemplo, Fernando Schwartz. Y de él quiero escribir hoy, porque, en mi ímproba tarea de seguir sacando libros al banco de mi plaza en verano, este 2025 le ha tocado a la colección de Premios Planeta, que ha ido a reposar dulcemente al sol de agosto hasta que una mano amiga los ha hojeado, sopesado,...