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Mostrando entradas de junio, 2023

Cortarse el pelo

              Hago este espich en honor de mis dos peluqueras, que s e atreven a peinarme y cortarme el pelo como les digo, cuando casi siempre me han tomado por loca en otras pelus. Y les queda muy bien. Fantásticas! Y ahora va el espich                   No sé si mucha gente se habrá dado cuenta, pero con los pelos del personal se ha hecho de todo. Tomemos el ejemplo de la Biblia: Sansón, seducido por Dalila, pierde su fuerza al perder su pelo (por confiar en una mujer impía (im-pía, no-piadosa, qué bonito para decir no-judía). Pero más tarde, al arrepentirse, consigue derribar el tempo de Gaza donde le habían llevado, librando al pueblo de Israel de sus enemigos filisteos. Y Absalón, hijo de David, cuando se rebela contra su padre, pierde una batalla y al huir al galope su pelo se le enreda en una encina, permitiendo que le alcancen sus enemigos. Dos historias de pelos que ponen los nuestro...

Qué asco, otra vez jamón!

           Hace algunos días hicimos una "comida de primas" en la familia. Hablamos de maridos (les cortamos unos estupendos trajes 😂), de nietos (las que los tenían), de asuntos varios... y de comida. Y salió la paella, que, aparentemente, es un plato favorito entre nuestros allegados... o no. Porque otra prima y yo coincidimos en nuestra falta de afición hacia los granitos amarillos. Pero parece ser que somos minoría. Y, recordando, recordé por qué odiaba este plato, y por qué, cuando en casa veía el bocadillo que me ponían para llevar al cole, siempre exclamaba: "Qué asco, otra vez jamón"         Pero empecemos por la paella. Cuando era niña, la rutina de los domingos por la mañana en casa era lo mejor: Mi padre nos cogía a mi hermano y a mí y nos llevaba a un bar del  Callejón del Gato  llamado  El Club  y regentado por Vicente y Luisa, dos gordos y sonrientes hosteleros que, según nos veían llegar, nos saca...

Cine, cine y más cine

                Ahora veo cine en las plataformas. No es que me haya acostumbrado por la pandemia, como tanta otra gente; es que, desde que no vivo en el foro, se me hace cuesta arriba, muy cuesta arriba, ir al cine a horas intempestivas, sola -para mí, ir al cine es a las siete de la tarde, y luego tomar algo con las amigas o amigos que han ido conmigo para comentar cualquier cosa-, y salir corriendo después para no llegar a mi casa en la sierra demasiado tarde. De hecho, trabajé durante nueve años a tres metros escasos de los cines Golem, y todos los días me hacía el propósito de meterme en el cine a ver cualquier peli al salir del trabajo. En nueve años, jamás lo hice: Estaba cansada, no había ninguna peli interesante, tenía cosas que hacer en casa... Excusas mil. No me apetecía ver una peli sin nadie con quien comentarla después.                La tele es distinto. En la tele, te enchufas ...