Cuidado, el monstruo sigue ahí
Cuando he oído estos días en la televisión que antes de encontrar al asesino del niño Mateo en el pueblo de Mocejón hubo cientos de mensajes en las redes sociales destilando odio a los inmigrantes y a los "menas" y acusándolos del crimen sin ningún motivo, he recordado al marroquí que se presentó una buena mañana en el Centro Base de Minusválidos de Vallecas cuando yo era la encargada de atender al público. Allá hacia 2007, no tan lejano. El pobre hombre me contó la historia de su mujer, que había desaparecido con sus dos niños, española ella, y yo automáticamente pensé "ésa ya se ha cansado del marido y éste se cree que la han secuestrado o poco menos". Así que contesté a su petición con un amable no, explicándole que no podía darle una fotocopia de la minusvalía de su mujer (que era a lo que había ido) porque era un documento personal. Pues faltaría más. Para qué querría aquello si su mujer había decidido dejarlo. ...