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Mostrando entradas de enero, 2020

Novelas, seriales, novelerías

Las novelas de la tele son terribles. Venezolanas o turcas, todas tratan de amores, encuentros y desencuentros, con el mismo fondo romántico que la novela "María", muy popular entre las jovencitas cuando yo lo era, y que se estudia (o se estudiaba) en las facultades de Letras como arquetipo de cierta novela, aquella en la que se desarrolla una historia de amor imposible sin contexto: Lo mismo puede ocurrir en un país que en otro, en una época que en otra, en una clase social que en otra; pero no porque el amor sea universal, sino porque faltan ambiente, personajes secundarios, época, color local, y sobran los estereotipos, más a menudo los de Cenicienta (chica pobre) que los de Blancanieves (chica rica). Esto de las novelas es de toda la vida: Los Amores de Teógenes y Cariclea, del siglo III después de Cristo, es ya igualita que las de ahora: un par de enamorados que tienen que superar obstáculos sin cuento (cuento de contar, es decir, incontables obstáculos; pero a que qu...

Revisando a Marx

Hace poco tiempo me di cuenta de que olvidaba los nombres de las cosas. Empecé olvidando los nombres de famosos, seguí olvidando otros nombres conocidos y, por fin, empecé a olvidar los nombres de las cosas más cotidianas. No es alzheimer, me dijeron, sino (aquí una palabra que también he olvidado). Así que, para prevenir, comencé a hacer ejercicios de memoria: sudokus, poemas...  Y se me ocurrió apuntar nombres de cosas y actividades que había aprendido durante mi vida laboral; nombres como michinal, escandallo, paramento, retranqueo, y también heredero por estirpe , servidumbre de paso ... Porque, gracias a ser funcionaria una gran parte de mi vida, he cambiado muchísimo de trabajo, he "tocado muchos palillos", como decía mi madre: Me he divertido, en suma. Porque he cambiado de trabajo cuando ya no tenía nada que aprender del sitio nuevo, es decir, cuando me empezaba a aburrir. Los puestos nuevos tienen varias fases: en la primera, te adaptas al modo de hacer las cosas...

Irrepetibles setenta

Ayer Ferreras, en La Secta , emitió un reportaje sobre el nuevo gobierno de coalición PSOE-Podemos. Era muy humorístico, de buen rollo, como suele ser todo entre gente pacífica, como somos los rojos. Porque nos siguen llamando rojos, y no nos dicen aquello de "Pues si eres comunista, vete a Rusia" que oímos hasta el aburrimiento en los años setenta, porque no sirvió para nada, y no nos fuimos nadie hasta que echaron a otros jóvenes distintos en este siglo por aquello del paro; pero eso es otra historia. Como decía, Ferreras hizo un reportaje sobre el nuevo gobierno y el teatro bufo que ha hecho la derecha. Y para la banda sonora eligió, entre otros temas bien escogidos, la canción de la Nueva Trova Cubana Hasta siempre. Y se oyó en el reportaje exactamente lo que nos ponía en pie a los "rojos", la estrofa que decía: " Seguiremos adelante / como junto a tí seguimos / y con Fidel te decimos / ¡Hasta siempre, comandante!" . Y me vi otra vez en el teatro...

¿Tienes sal?

Hace un par de días oí que una ciudadana bienintencionada, sintiendo nostalgia de la vida de barrio, había creado una página que se llamaba ¿ Tienes sal ? para poner en contacto a gente que quisiera compartir algo y no se conociera. Hasta ahí, perfecto. La iniciativa parece que ha tenido éxito, y es una buena noticia que la gente quiera compartir, ayudarse, en fin, relacionarse. Lo que me puso furiosa fue oír que con ello quería "revivir" la vida de barrio, tal y como ella se figuraba que había sido antaño; porque, evidentemente, ella no tiene edad para haber vivido los barrios tal y como eran en la época que añora. Si los hubiera vivido, jamás habría dicho tamaña tontería, a saber, que los barrios eran unos lugares amigables, solidarios, donde los vecinos se conocían y se apoyaban, los que convivían en tu calle, tu manzana, los tenderos de los puestos del mercado, los feligreses de tu parroquia, y todos eran buenos y bonitos y baratos y estaban deseando echarte una mano e...