Shakira y Samantha, Samantha y Shakira
Siempre he sido una fan de Sexo en Nueva York. Es una serie que cubre las andanzas de cuatro mujeres independientes en la ciudad de Nueva York, tres treintañeras y una cuarentona. Abogada, publicista, directora de una galería de arte y columnista respectivamente, todos los episodios giran alrededor de su amistad y de sus aventuras/búsquedas/decepciones amorosas.
En uno de los últimos episodios la cuarentona, Samantha, le dice algo a su pareja absolutamente magistral: Yo no debería decirte esto, pero la primera persona a la que debe querer una mujer es a sí misma. No sé si son exactas las palabras, pero puedo prometer y prometo que no me equivoco en el sentido de la cita. Tenemos que querernos. Y eso ha hecho Shakira.
Llevo toda la mañana de hoy riéndome a mandíbula batiente con el último videoclip de Shakira -que llevan toda la mañana comentando en los programas de actualidad de televisión, incluso me ha llegado un enlace al móvil para oírlo-, en el que deja a Piqué por los suelos.
Es una canción. Tal y como las lanzan ahora, con videoclip incluido. El videoclip ya da pistas, porque en él, Shakira -que era "la ídola" de mi hija cuando mi hija tenía 12 años-, se presenta como una mujer moderna, maquillada a la última -labios malva y uñas amarillas, si no recuerdo mal-, guapísima, sin ese aire de pastelito de crema que tenía cuando era más jovencita, y sin una sola arruga (y tendrá casi 50 años, lo cual también dice mucho de los prejuicios que siempre se han tenido sobre la edad de las mujeres) y pisando fuerte, con una autoestima intacta y demostrándolo: "Me dejó de vecina a mi suegra, a la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda", creo que es la estrofa exacta que no para de repetirse, y para bien.
Porque tenemos que querernos. No sé si Shakira sigue siendo el modelo de jovencitas, como lo era cuando mi hija era pequeña, pero me encantaría, a ver si se enteran las niñas y adolescentes de hoy que nadie nos quiere más por hacernos más dependientes, por controlarnos o por decirnos lo que tenemos que ponernos, cuándo podemos salir o cuáles de nuestros amigos "les gustan". Realmente, cuando salió la noticia de que Shakira había prestado su cuerpo a una cesárea sólo para que su "adorado" Gerard pudiera ver a su hijo antes de una concentración, pensé que era como todas esas mujeres que van cediendo en pequeñas cosas, creyendo que no tienen importancia, o que son una prueba de amor. Me alegro de haberme equivocado. O de que haya espabilado ella, es igual. El caso es que espero que sea un modelo para las jovencitas
Ahora tengo que escuchar a Rosalía; ya os contaré (o mejor escucharla también vosotros, y me hacéis un comentario).
Yo también pienso que primero querernos nosotras mismas. Y qué esta es la mejor manera de querer a otros y en general a todos
ResponderEliminarA mí también me gusta que Shakira haya dado un golpe en la mesa y se haya convertido (quizás sin quererlo) en un buen ejemplo del empoderamiento de las mujeres. Nunca es tarde si la dicha es buena porque hasta lo de ahora era el vivo ejemplo de la mujer ñoña y tonta que suelen elegir los futbolistas para lucirlas bien monas en los numerosos actos sociales a los que son invitados.
ResponderEliminarDe Rosalía yo me quedo con su faceta flamenca. Cuando empezó cantando flamenco con quince años haciendo de telonera de Enrique Morente o de Miguel Poveda. La Rosalía actual no me interesa nada.
Y para terminar con el cotilleo, imagínate qué descanso para los papás de Piqué, gente bien de toda la vida de Barcelona, con profesiones liberales los dos, ahora que Piqué ha dejado a esa "señora rara" diez años mayor que él, que venía de uno de esos países donde sólo hay traficantes y guerrillas y que se gana la vida moviendo las caderas, y ha elegido una chica bien, de familia catalana de toda la vida, estudios universitarios y -el colmo de la inteligencia- diez años más joven que él para poder "educarla" a su gusto. Como locos deben de estar con que su hijo haya "entrado en razón" por fin !
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