Nacho, Mario bom y otr@s chic@s del montón
Nunca me gustó la Movida. Reconozco que tuve prejuicios desde el minuto uno contra ella, ya que su gran impulsor fue Tierno Galván, el Viejo Profesor, al que yo siempre reproché, también desde el minuto uno, que dividiera a la izquierda con un partido político "nuevo" que lo único que aportaba era un sentido elitista de ser de izquierdas sin tener que codearse con los obreros, ahora llamados clase trabajadora, (cada vez hay que ser más fisnos) por "falta de sintonía" cultural -o por otros motivos más pedestres en los que no quiero entrar, porque tienen que ver con las superioridades intelectuales de algunos, genéricamente llamados "gente progre"-.
El caso es que mi repelús injustificado, porque nunca llegué a racionalizarlo, quedó bastante "arropado" con un programa, creo que de la serie Cachitos de hierro y cromo de TVE en el que contaban cómo, en los años de la famosa movida (que ya no volveré a poner con mayúsculas, porque no se lo merece), había otra movida musical diferente en los barrios, movida en la que se seguía denunciando las carencias terribles de las barriadas periféricas y la clase obrera -o trabajadora, como se prefiera-. En el tal programa, que quien tenga interés seguro que podrá conseguir, se contaba, negro sobre blanco, cómo mientras algunos aprovechaban las nuevas libertades para divertirse, -porque la dictadura, además de cosas peores, había sido muuuuuy aburrida, como todos los regímenes autocráticos- otros seguían denunciando la falta de otras cosas, como una vida digna. Pero algunos sólo querían la otra libertad. Lo que luego ha llamado Ayuso Libertad para tomar cañas.
Porque mi instinto no me engañaba. Ya digo al principio que siempre tuve prejuicios, o reparos, o peros, como cada uno lo quiera llamar. Pero el tiempo me ha dado la razón, porque, ¿Quiénes han resultado ser los beneficiarios (sin negar sus méritos artísticos, que los han tenido y los tienen, no lo pongo en duda); pero, repito, quiénes han sido los beneficiarios de la famosa Movida? Nacho Cano, íntimo de Ayuso, inquilina/invitada a un ¿chalet? (no recuerdo bien si era chalet u otra vivienda) suyo y premio de la Comunidad de Madrid de "algo". Alaska, ídem, e íntima como su marido, Mario, protagonista de un vídeo de propaganda de la Comunidad de Madrid -no lo califico, aunque no me faltan ganas- (aunque ésta debe ser camaleónica, porque también ha sido amiga de Letizia, aunque no sé si ahora las cosas siguen igual). Agatha Ruiz de la Prada, originalísima diseñadora, doy fe, (siempre me han encantado sus vestidos de corazones y margaritas para niñas, y mi hija ha tenido más de uno), pero descaradamente escogida para "diseñar" todas la navidades las luces del barrio de Salamanca... Debo exceptuar a algunos ínclitos ácratas, como Wyoming o Almodóvar, pero son los menos (y qué bien les quedan las dos esdrújulas, vive Dios!)
Así que no. Todo el mundo no fue igual de rebelde. Algunos fueron rebeldes para sí mismos, para buscarse un "espacio de confort" mejor del que había con la dictadura, y otros decidieron que, como dijo Woody Allen, Si todo el mundo que veo a mi alrededor no es feliz, yo tampoco puedo serlo. Ya sé que Woody Allen dijo esto en una película y quizás no tenga nada que ver con su vida real, tal y como hemos visto que ha transcurrido, pero a mí me sirve como resumen de lo que quiero ser y cómo quiero que me vean (y me recuerden, que ya hay que ir pensando en que tengo una edad).
Por cierto, para seguir desmitificando, una anécdota del "Viejo Profesor": Mi amiga Maite ... había comentado en el Ateneo de Madrid, donde las dos éramos socias, que a Tierno Galván le encantaban las jovencitas y, cuando llegaba la primavera y las féminas se quitaban abrigos y "marcaban curvas", se le iban los ojos. Le parecía gracioso. Lo que no fue gracioso es que, cuando le invitamos a una conferencia en el Ateneo y el Presidente me presentó como miembro de la Junta de Gobierno, el Alcalde del Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid, en lugar de mirarme a la cara para saludarme, bajó la mirada a mis piernas y luego fue subiendo, muy despacio, hasta llegar a mirarme, momento en el que inclinó la cabeza, a modo de saludo, y siguió, sin dignarse siquiera decirme "Buenas tardes".
Como esta entrada era para hablar de la Movida y mi opinión sobre su "sitio" en la historia de Madrid, quizás siga hablando de Enrique Tierno, el Ateneo y otras movidas en algún otro momento, pero, como dice Aragorn en El Señor de los Anillos, "Hoy no es ese día".
No creo que la Movida tuviera un solo patrocinador. En todo caso viene de más atrás
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en que viene de más atrás y que tuvo más de un impulsor, aunque, como alcalde, Tierno hizo mucho por el cambio de Madrid en aquellos años, y una parte muy importante del cambio se llamó "movida madrileña". Pero lo que quería resaltar en esta entrada es que la "movida" tuvo, ante todo, la intención de eliminar el muermo, cosa muy necesaria porque era muy casposa la idea de que divertirse era intrínsecamente malo, pero no aportaron gran cosa a las libertades políticas y de otro tipo que habíamos intentado conseguir los de la generación anterior. Vamos, que se dedicaron sólo a "hablar de su libro", aunque, ya digo, reconozco que fue una aportación importante para el cambio de paradigma.
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