Impaciencia
Tengo un problema. Este mes está lleno de eventos, pero no está lleno de eventos, es posible incluso que no haya ningún evento, Y eso me pone muy nerviosa. Porque, recapitulo:
He llamado a un jardinero que me recomendó una amiga, ha venido a ver el jardín, me ha prometido hacerme un presupuesto, y de esto hace una semana. No sé si hacer algo en el jardín, dejarlo como esté, o dejar que el jardinero se quede en su casa, donde parece que está muy a gusto.
Tenemos un amigo en el pueblo, contratista a veces, autónomo cuando la cosa va mal, que nos prometió el año pasado hacernos algunos arreglos -imprescindibles, la casa tiene 25 años- "en febrero", que es cuando los propietarios de fin de semana no le hacen encargos. Febrero, dijo. Estoy esperando (ya sé que hoy es día uno, pero llevo esperando desde el otoño pasado)
Mi prima Maite me escribió hace algunas semanas que "en febrero", cuando terminara algunas tareas urgentes, vendría un día y nos hincharíamos a hablar, ver fotos antiguas, recordar nuestra infancia y llorar, si tocaba.
A mi amiga MariJesu le debo una comida que habíamos dilatado a febrero, pero ahora tiene otros compromisos puntuales, y ya veremos
Tengo otra comida planificada con mis primas para vernos al menos una vez al año fuera de los tanatorios, funerales y demás "eventos" naturales a nuestra edad, pero ¿hemos puesto fecha? Nooo...La intriga, para el final.
Sí que es cierto que el último finde lo tengo amarrado: El sábado quizá (¿otra vez?) haya comida familiar en casa, y el domingo hay merienda con mi sobrina: Los niños están locos por venir a jugar con Niche, mi snauzer (mi perro, para los legos), y los mayores también queremos vernos, claro.
Así que estoy a punto del ataque de ansiedad, de puro no hacer nada. Porque tengo el tipo de paciencia -si se llama paciencia- que se necesita para ir avanzando tacita a tacita, en plan hormiga, con tareas largas, pesadas, repetitivas, siempre que vaya avanzando. Pero esperar sentada a la puerta de mi casa a que pase el cadáver de mi enemigo, nunca he podido. O lo mato yo, o no me interesa.
En el jardín apuntan los narcisos y las primeras flores de los manzanos, y se van hinchando las yemas de los rododendros.
Me saldrán raíces. Me crecerá una bonita y larga barba. Se me posarán los gorriones en el pelo, como a los espantapájaros, y correrán sin miedo a mi alrededor los conejos del prado de al lado que se nos cuelan, no sabemos por dónde. Y seguiré esperando...
Creo que el tiempo dará la razón, lo importante es ver los narcisos salir y no esperar, el qué venga, añadido será.
ResponderEliminarOtros eventos están siendo una situación de IT a la que espero que el MAP de turno se digne a poner fin el 21 de febrero… porque se alarga demasiado…a falta de encuentro inminente, me consuelo siguiendo tu blog… con cuya originalidad me sorprendes no pocas veces… es que además realmente puedo se torre cerca a través de él… a la magia de la palabra y la idea sobre este o aquel tema, se suma la bendición de la inmediatez gracias a la tecnología… me ha gustado eso de “(…) o lo mato yo o no me interesa (…)”… reconozco tus chispazos lucidos cuando los veo y siempre me hacen sonreír…
ResponderEliminarAntes que nada, gracias por tus "chispazos lúcidos" en lugar de llamarme loca, pero me interesa el tema éste de que o mato a alguien o no me interesa, porque yo siempre lo he tenido que hacer todo corriendo por falta de tiempo, así que soy una especialista en economía. Y en este caso, la economía está clara: Si tengo que tener paciencia para que pase algo (esperar a que pase el cadáver...), estoy consumiendo un tiempo en hacer el seguimiento del tema y una energía en "comerme" el estrés de que todavía no pasa que podría dedicar a otra cosa. En cambio, si lo mato o paso página y me olvido, cierro esa puerta y todas mis energías se van al resto de proyectos, que es más productivo. Ahorro,
Eliminary, además, quitarme estrés me hace más feliz, ¿no te parece?
Un bonito Ent :)
ResponderEliminar